miércoles, 15 de mayo de 2013

Exhibición de Combates (Por Sebastián Guimaraes)


Lo que me ocurrió este domingo 12 de Mayo, no lo había sentido antes. Luego de más de 1 año de inactividad por lesión, y un diagnóstico (tal vez, apresurado) que me dejaba fuera de las competencias, llegaba el momento de volver a calzarme los guantes que tanto extrañaba.
Cerca de las 2 de la tarde, comenzaba el Evento. Un Evento que agotó localidades, que tenía un clima ideal, y que se prestaba para ser la fiesta que fue. Hacia cada costado al que lanzaba una mirada, había un rostro familiar. Un amigo de, un padre de, una pareja de, un compañero de... Nadie estuvo solo en este Encuentro.
Cuando termine de ponerme mi viejo dobok gastado, y atado mi cinturón, recién ahí me di cuenta de lo que estaba comenzando a suceder. Recuerdo mirarme al espejo mientras terminaba de cambiarme y pensar en el tiempo que estuve fuera por lesiones, y la vez que mi médico me sugirió dejar las competencias.
Lo que mi doctor no tuvo en cuenta fue, que cada taekwondista tiene dentro un poco de rebeldía. Ese fuego sagrado que sale cuando la vida parece decirnos: "éste es tu límite"... Y no. Mi límite no es éste. Cuando creí que esa chispa se podía apagar, surgió la imagen de esta gran familia que es el Team Pertuso. Desde el director, hasta el más novato. Todos y cada uno de los que lo integramos, nos debemos al otro. Nos apoyamos entre todos. Nos motivamos, nos alentamos, nos damos fuerzas... Así fue como, de a poco, Sabonim Claudio Pertuso, y todo el resto del Team, me fueron llevando hacia esta primera meta: volver a un ring. 
En un costado, mientras calentaba, observaba los primeros combates. El semillero del team, demostrando garra y talento. Jóvenes que tienen de vida, menos de lo que yo llevo en el Taekwon-Do, enfrentándose, sabiéndose compañeros, pero aun así, defendiendo su lugar.
Los combates se suscitaban, y mi turno se acercaba...
Se escucha "Próximo Combate: Bonaldo-Guimaraes"... Era mi turno. En ese instante, toda la espera se terminaba. Toda la ansiedad, nervios, etc. terminaban al pasar las cuerdas y pisar los paneles de goma. 
¿El combate? Una anécdota. Me enfrentaba a un gran compañero de práctica, ambos nos conocemos y eso hace que se vuelva un poco trabado el encuentro. Pasaron los dos rounds. No hay lesiones de ningún lado, primer punto a celebrar. El público aplaude, los competidores se abrazan. Mi corazón me grita "¿¡viste que podíamos!?"
Pero la tarde no terminó. Fue el turno de nuestros primos de kick boxing, que demostraron porque son tan reconocidos dentro del circuito.
Más Taekwon-Do, más Kick Boxing, más alegría, más aplausos, más adrenalina...
El tiempo del segundo combate llegó. Otro peso pesado del Team frente mío. Como ya me sentía mucho más relajado, me tomé el atrevimiento (sí, el atrevimiento) de disfrutarlo todavía más. "Duran-Guimaraes, al Ring" gritó el organizador. Y así cumplimos.
El combate, más fluido, más ligero y con cosillas más entretenidas para el público, le sirvieron de anticipo para el plato fuerte. Sin lastimados, con abrazos y aplausos, se fue otra lucha...
El resto de los cinturones negros del Team, demostrando todo su talento, deleitando a propios y extraños que se acercaron a acompañarnos. Destreza, velocidad, técnica, todo puedo de manifiesto.
El momento más esperado por mí, llega finalmente. Mi último Combate de la tarde. En frente: Claudio Pertuso. Quien me trajo a este momento de dicha, quien dirige este equipo-familia, quien gestó este maravilloso encuentro, y quien apostó fuerte por su pasión.
Buscando entretener aún más a la afición, el combate comenzó con una inexistente rivalidad a muerte por parte de ambos. El pretexto para mostrar la potencia y la habilidad de dos luchadores que se divierten seriamente...
El aire me abandonaba cada vez más, se me volvía casi imposible seguir el ritmo... por lo que eche mano a mis mañas, tratando de llevar el combate a mi terreno, algo pantanoso, donde poder sacar un poco de rédito. Dos rounds instantáneamente eternos. Dos Rounds que no parecían terminar jamás, y donde uno no quería que terminen. El cuerpo me dejo de importar. La velocidad, el aire, el estado, la reacción, el foco... Tal vez, no suene profesional, pero en ese momento, poco me importo. Me dispuse a divertir al público, a acompañar a mi Instructor, y a disfrutar... 
El Final. Abrazo interminable, palabras al oído, agradecimientos de su parte, devoción de la mía. 
El evento continuó, con peleas de nivel superlativo, tanto en Taekwon-Do como en Kick Boxing, hasta llegar al plato fuerte del final. El encuentro de Kick Boxing entre Claudio Pertuso y Carlos Valdivia. Dos increíbles peleadores que se enfrentaron con todo lo que tenían. Obviamente, Carlos tuvo que sufrir los embistes de Pertuso, aunque disfrutó de los cánticos de la tribuna que suele inclinarse hacia aquél que más lo necesita. ¿El Final? Otra anécdota.
Terminado el evento, sobraba buena vibra. Por doquier, habían cámaras de fotos, flashes, chicos y grandes abrazados, saludándose, felicitándose...
Y en mi pecho, la sensación de haber dejado atrás lo que me frenaba. Miedos, dolores, sensaciones negativas. Todo eso se extinguía para darle paso a una nueva etapa.
Eternamente agradecido a este Team-Familia que me abrió sus puertas y que me da un lugar día a día para aportar mi granito de arena para el crecimiento de la Escuela Profesional y la Asociación Americana.
Sebastián Guimaraes II Dan I.T.F

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